Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos, China y Taiwán están forzando cambios significativos en la fabricación de servidores, según la empresa asiática de estudios de mercado TrendForce, que predice que partes fundamentales de la cadena de suministro de servidores acabarán trasladándose al Sudeste Asiático y América.
Según un estudio de TrendForce, los fabricantes de diseños originales (ODM) taiwaneses representan actualmente alrededor de 90% de la producción mundial de placas base para servidores. Una notable excepción es Supermicro, que cuenta con unas instalaciones de 1,5 millones de pies cuadrados en Fremont (California). También posee unas instalaciones de 800.000 pies cuadrados en Taiwán.
Desde el inicio de la disputa comercial entre China y Estados Unidos en 2018, los ODM de servidores han comenzado a considerar el traslado de las líneas de producción de China continental a Taiwán. Posteriormente, a medida que la construcción de centros de datos se disparaba en toda la región de Asia-Pacífico, los fabricantes de placas base empezaron a mirar hacia países del sudeste asiático como Malasia y Tailandia para ampliar su capacidad de producción.
El ruido de sables de Pekín y su tono cada vez más belicoso hacia Taiwán, así como las sanciones bastante duras del Departamento de Comercio de EE.UU. a las ventas de semiconductores, han aumentado los incentivos para retirarse de China y Taiwán. Según TrendForce, esto ha llevado a algunos proveedores estadounidenses de servicios en la nube, como Google, AWS, Meta y Microsoft, a plantearse añadir líneas de producción de servidores fuera de Taiwán como medida de precaución.
Hay muchas otras iniciativas. En Estados Unidos, Intel se está gastando 120.000 millones de dólares en construir una fábrica en Arizona y otros 120.000 millones en Ohio. TSMC también invertirá 140.000 millones de euros en construir una fábrica de obleas en Arizona, mientras que Apple está trasladando su producción a Estados Unidos, México, India y Vietnam.
TrendForce también observó un fenómeno conocido como "fragmentación", un patrón emergente en la gestión de la cadena de suministro de servidores. En el pasado, los procesos de producción y ensamblaje de servidores corrían enteramente a cargo de los ODM. En el futuro, la tarea de ensamblaje de los proyectos de servidores no sólo pasará a manos de los socios ODM, sino también de los integradores de sistemas.
Según TrendForce, la razón de buscar la ayuda de los integradores de sistemas es aumentar la estabilidad de la cadena de suministro y evitar el riesgo de desabastecimiento provocado por crisis geopolíticas.
A largo plazo, TrendForce cree que la cuota de líneas de producción de servidores en China y Taiwán se reducirá, las líneas de producción se dispersarán más geográficamente y las operaciones se regionalizarán más. Esto permitirá a los proveedores de servidores distribuir los riesgos y satisfacer las necesidades locales específicas.
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